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IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA DEL BRASIL
Historia de San Carlos Duarte

Un recorrido histórico por los inicios de una Iglesia dedicada a los más pobres y necesitados.

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Una alterativa de Iglesia
Prelatura Apostólica Corpus Christi

-Una inspiración Divina-

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BIOGRAFÍA DE SAN CARLOS DUARTE DE BRASIL

CARLOS DUARTE

“Algunos están destinados a la grandeza, otros, en cambio, la construyeron”. En el buen sentido de la palabra y de la frase, es como podría definir a San Carlos Duarte. En medio de las adversidades y de la problemática en la que se desarrolla su infancia y forja sus ideales, mismos que lo acompañaron hasta el día de su muerte, al muy estilo de Jesucristo, se hace un “revolucionario” de la fe. 

San Carlos Duarte Costa nació en 1888 y falleció en 1961, a la edad de setenta y tres (73) años. Un Rio de Janeiro agitado por las revoluciones políticas del entonces, las revueltas sociales y las desigualdades, una familia decide donar a Dios un niño que, desde los valores religiosos y morales de la Familia Costa Duarte, estaba predestinado a escribir desde otra perspectiva la historia de la Catolicidad. Mostraba desde que recibió los sacramentos de iniciación (Bautismo y confirmación) gran empatía, afinidad para con los suyos en la escuela. Desde la tierna edad mostraba presteza y agilidad para el ámbito escolar y el catecismo, el cual, fascinado por el conocimiento de Dios y de la Virgen; esto eventualmente llamo la atención de sus maestros y catequistas, quienes veían en el un gran sacerdote, que para su fortuna, su padrino y tío era Obispo Diocesano de Uberaba.

Con el deseo de entregar su vida al servicio de los demás, su etapa como seminarista inicia en Roma, y conociendo a quien más adelante sería Pio XII, se destaca por sus estudios en humanidades y su impresionante destreza por comprender la problemática mundial, una capacidad que repercutirá en su manera de pensar desde la juventud.

“No desagradó ni decepcionó en modo alguno a los que invirtieron en su vocación, ni tampoco fueron en vano las oraciones que su amada madre elevaba a los cielos en la lejana patria en favor de su hijo Carlos”. Fortalecido con estas ayudas espirituales, regresa a Brasil para cursar su Seminario mayor e influenciado por su madre, se esforzó por ver en su hijo el mayor regalo divino: Un sacerdote.

Desde allí siguió destacando y siendo siempre tratado con diferencia por sus grandes habilidades en las materias filosóficas y teológicas, los idiomas y su humildad ante el aprendizaje y la enseñanza de sus superiores.

“Señor, hazme vuestro instrumento, enséñame tu verdad”. Era la oración que Carlos Duarte recitaba desde su postración en el rito de ordenación y quien lo acompañaría en su futuro ministerio de manera silenciosa y meditativa en su corazón. Enfocado siempre en la perfección, es invitado a Roma nuevamente para cursar estudios superiores de Teología, “escudriñó los ínfimos lagares de la cátedra teológica, perfeccionó la técnica de la oratoria, de la arqueología cristiana, y de la antropología”. 

Crecía en sabiduría e inteligencia y ya se hacía notable su espíritu amplio y sus gestos de bondad y humildad, sus obras pastorales en las diferentes parroquias en las cuales fue coadjutor le valieron el título de Monseñor. Nombrado secretario general de la arquidiócesis de Rio; asume por cuestiones médicas del cardenal, el peso administrativo y se desenvuelve sobre manera, causando la admiración del Cardenal y su total respeto por la tarea realizada con éxito y es nombrado Vicario general.

Con la sede vacante en Botucatu, Carlos Duarte es consagrado Obispo para esta diócesis. Dentro de sus obras pastorales están: Creación del diario de evangelización para los fieles de su diócesis, construcción de la Catedral de Santa Ana, construcción del orfanato para niñas, fundación de las hermanas de Santa Teresa, construcción de un nuevo Palacio Episcopal. “Pretendía de esta forma preservar el principio cristiano en las leyes y los actos políticos, como por ejemplo la creación de una norma legal para el divorcio, que es un acto negado a los pobres por la Iglesia católica, pero ampliamente amparado por la Biblia”.

LA PERSECUCIÓN

Dom Carlos continua con su idea de libertad y defensa de los derechos de los obreros. Con espíritu de desapego y con intenciones de querer continuar sus obras en favor de los más vulnerables, vende algunos bienes de la Diócesis para poder solventar los gastos que éstos generaban.

“Este espíritu bondadoso y cariñoso del Santo Obispo desagradó muchísimo a la corte romana y el Papa Pío XI resolvió apartar a Dom Carlos del gobierno de la Diócesis de Botucatu, obligándolo a presentar su renuncia”. Tras mudarse a Rio de Janeiro, luego se su renuncia, casualmente el mismo día que fue nombrado Obispo titular (22 de septiembre), continua su lucha contra el régimen político y ahora contra los vínculos del Vaticano y el totalitarismo.

 Facultado por su padre espiritual, decide seguir en el ejercicio de su ministerio episcopal hasta su arresto en 1944, acusado de comunista, ante tal acto, las Naciones unidad y la prensa intervinieron ante el gobierno para que se diera su liberación. Tras sus alianzas con un sacerdote anglicano, Decano de Canterbury, la administración Apostólica de la Iglesia Romana le hizo duras advertencias para el cese de sus acciones, impidiendo la predicación del Evangelio y la confesión a los fieles, a lo que Dom Carlos hizo caso omiso y continuó con la defensa de la fe cristiana, a los obreros, y la patria contra los fascistas y nazis existentes en la Iglesia y su jerarquía.

 Al no poder someterlo con las advertencias y las prohibiciones, la Sede Romana lo excomulga y es asi como Dom Carlos funda, el 6 de julio de 1945 la ICAB (Iglesia Católica Apostólica del Brasil) y empieza a ordenar a varios candidatos que querían ser parte de su alternativa de Iglesia y con el mismo animo de defender los principios del pueblo santo de Dios.

 En su tratado, llamado “Manifiesto a la Nación”, Dom Carlos critica a la Iglesia Católica Romana y coloca los principios Evangélicos y toda la doctrina, fundada desde la Palabra de Dios, que regirá a la ICAB.  Dom Carlos falleció en Río de Janeiro el 26 de marzo de 1961, 16 años después la fundación de la Iglesia Católica Apostólica Brasileña. En el Concilio que tuvo lugar en el año de 1970, El Obispo Carlos Duarte Costa fue elevado a la honra de los Altares, con el título de San Carlos de Brasil.

Fundación y adhesión de la Prelatura a la ICAB

En el año 2016, por inspiración del Espíritu Santo, Mons. Abraham Gonzáles Fierro junto con Mons. Jesús Nayid Angarita, siguiendo el llamado de Dios a servir a su pueblo santo, desde el ministerio sacerdotal, deciden fundar la Prelatura Apostólica Corpus Christi, I.P.A.C, erigiendo así, desde sus lugares de origen y pastoral, las primeras comunidades que acompañaron el proceso de creación de esta alternativa de Iglesia. Con el tiempo, se hizo efectiva la existencia como Comunidad sacerdotal avalada internacionalmente por la ICAB y junto con ella la Resolución del ministerio del Interior que nos reconoce con Personería Jurídica especial 1423 del 18 de septiembre de 2017.